Castillo de los velez

Publicado: noviembre 20, 2010 en Uncategorized

Castillo de los Velez

Lo primero que llama la atención al visitante al aproximarse a Mula es el Castillo que desde la altura vigila los abatares diarios de la población, el paso del tiempo ha dejado numerosas huellas en esta emblemática construcción realizada no para proteger al pueblo, sino para someterlo.
Son muchas las fuentes documentales que nos hablan del castillo, Emilio Molina, en la «Aproximación al estudio de Mula islámica» nos da la referencia del famoso viajero del siglo XII , Al-Idrisi, que nos informa de la existencia de una fortaleza en el lugar, Alfonso X hace referencia a la fortaleza y nos dice «Mula, es villa de gran fortaleza et bien cercada, et el castiello della es como alcazar alto et fuerte bien torrado…». Según el estudio de D. Juan González Castaño, la fortaleza en el siglo XV poseía un albacar con una muralla hacia el  Norte, una primera muralla que protegía los aljibes y una segunda que custodiaba las dos parroquias recientemente convertidas al cristianismo. estas murallas persiste en la actualidad como parte fundamental del castillo del S. XVI

El hijo de Alonso Yañez, Don Pedro Fajardo (adelantado del reino de Murcia y Marques de los Vélez) es humillado cuando en 1520, los muleños alzados en comunidad le hacen jurar el respeto de los privilegios que Fernando III dió a la villa, de este modo comenzó el pleito del concejo del Ayuntamiento contra el Marqués. El Marqués reaccionó ante esta situación con la construcción de su fortaleza para asegurarse la sumisión de los muleños

Ante la construcción del castillo, el marques se encontró con dos problemas fundamentales: la existencia de una fortaleza anterior y la segunda y mas importante, la negativa dictada por los Reyes Católicos y Carlos I de construir nuevas fortalezas en España con la excepcion de las fortalezas cristianas. Según Nicolás Acero y Abad, el Marques puso una lapida falsa, en la torre del homenaje, que le permitió su construcción:

«Marchio Petrus Fagiardus Primus hanc turrin erexit, marcentenque arcem olim ab Antinino Augusto Pio structam reaedificavit, inmperante Carolo Caesare IIIII. Hispaniarum Rege domino suo». En ningún momento Augusto Pió pasó por estas tierras ya que la fortaleza no era romana sino musulmana.

La reconstrucción tata del año 1524 según la inscripción de otra lapida. Según el historiador muleño Juan González Castaño, el tracista fue Luis Fajardo, posible maestro de obras de la casa de los Vélez.

La mayor aportación al estudio del Castillo de Mula lo hace Edwar Cooper donde hace donde hace una comparación con los castillos de Vélez Blanco y Cuevas de Almanzora en Almería, los tres pertenecientes al marques.

La arquitectura del castillo es renacentista es de carácter defensivo y de formas simples, situado sobre un peñasco de roca. De las dos entradas, a una de ellas se accede mediante la parte alta de la muralla y torreones del antiguo alcázar musulmán además de un puente levadizo. Contiene cuatro elementos diferenciadores: una torre del homenaje, una nave central con bóveda de cañón, un adosado a la nave y aljibe.

las obras se realizaron en cuatro fases: la primera es muy tosca, la segunda y tercera fase se termina con la torre del homenaje y aljibe, y la fase final acaba con la bóveda de cañón, escalera del sótano, mazmorras y aljibe

El acceso a la torre del homenaje se hace mediante una pasarela levadiza, que actualmente ha sido sustituida por un puente fijo. Así en caso de conflicto y toma del castillo por el enemigo, la guarnición podría resistir en el interior de la torre estando provista del agua ya que posee un sistema de recogida de aguas que cae en el patio y se dirigen al aljibe junto a la torre.

Edad Moderna en Mula

Publicado: noviembre 20, 2010 en Uncategorized

Edad Moderna
Un siglo XIX difícil para Mula
La villa de Mula se encontraba en una situación de pobreza al comenzar el siglo XIX.
La falta de higiene, las malas cosechas, la guerra y dos grandes epidemias: la de fiebre amarilla y la de cólera; hicieron perecer a un gran número de muleños.
A todo esto añadir que unos 300 voluntarios muleños partieron hacia la Guerra de Independencia, de los cuales pocos regresaron. En octubre de 1812 los franceses invadieron Mula y la saquearon.
Además, la desamortización de bienes eclesiásticos no alcanzó los fines sociales que perseguía. Ya que la mayoría de las propiedades desamortizadas fueron adquiridos por unas pocas familias acaudaladas.

El siglo XX
Al comienzo del siglo XX Mula obtiene dos importantes mejoras: un embalse y e ferrocarril.
Debido a la trasnformación de los cultivos, sustituyendo los tradicionales de vid y olivo por los cítricos, las necesidades de agua para el regadío eran cada vez mayores. Por lo tanto se construyó un embalse, auspiciado por Juan de la Cierva diputado por Mula durante los primeros años del siglo (1896-1923).
También se trazó el ferrocarril Caravaca-Mula-Murcia , activo hasta mediados de los setenta. Esta línea fue finalmente desmantelada por RENFE, al ser considerada de poco rendimiento.
Los acontecimientos que afectaron a España a lo largo de este siglo se hicieron sentir de igual modo en Mula. La Guerra Civil causó un gran dolor a los que perdieron sus familiares. En la posguerra, Mula, debido a su régimen de propiedad del suelo, no se vería tan afectada por la situación de penuria económica.
La década de los cincuenta supone un estancamiento global de la economía, con la excepción de inversiones en obras públicas, entre las que destaca la del Canal del Taibilla.
Se experimenta un crecimiento poblacional hacia 1960, alcanzando la cifra de 15.000 habitantes. Este aumento demográfico va acompañado de un desarrollo urbanístico, extendiéndose la ciudad hacia el sur. Con la expansión urbanística de esta década, aparecen los primeros edificios de la Gran Vía y Barrio de Viñegla. En 1982 se aprueba del Plan General de Ordenación Urbana, que permite la expansión de la población hacia la zona de ensanche. Las nuevas construcciones carecen de la personalidad del casco antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional.
La estabilidad de la población en el siglo XX está determinada en parte por el hecho de haber alcanzado la cota máxima de ocupación y desarrollo de la única fuente de riqueza, la agricultura. Que está ligada a los recursos hídricos y su crecimiento está determinado por el aumento de estos.
En Mula se ha dejado sentir durante siglos la dependencia del agua que fluía por el canal de su Acequia Mayor. Gran parte de su economía se fundamenta en esos poco más de doscientos litros por segundo de media, que venía por su cauce.
La huerta, en nuestros días, se encuentra sometida a un Plan de Modernización de los Regadíos de la Huerta de Mula. Se prevé la implantación de mayores recursos hídricos y alta tecnología que transformarían los sistemas de regadíos tradicionales.

Epoca Musulmana

Mula como Madina tenía rango de ciudad y capital de distrito, con una formación social beneficiada de servicios administrativos básicos, mercado y mezquitas, con competencias jurídicas, políticas y militares.

Prueba de ello es que en ella impartió justicia el cadí Muhammad b. Rafi b. Muhammad b. Hasan Al Qaysi. Su importancia económica en el siglo XI, queda patente al ser conquistada por Ibn Rasiq, acontecimiento que repercutió en Murcia con una hambruna, ya que se abastecía de los productos de sus campos. La madina islámica se encontraba en las faldas del cerro del castillo, del cual partía un doble cerco de murallas y torres. El muro interior servía de albacar. Un potente foso separaba la huerta y el poblamiento urbano. Constancia de su eficaz sistema defensivo nos lo da la Primera Cronica General de España, que en su capítulo 1065 dice “Mula es villa de grant fortaleza et bien çercada, et el castiello della es como alcaçar alto et fuerte et bien torreado” El abastecimiento hidráulico lo obtenía de una serie de aljibes de posible procedencia almohade, una gran cisterna interior y de la canalización de las fuentes que manaban entre las rocas, sin olvidar la acequia mayor, verdadera obra de ingeniería , que traía el agua de la llamada Fuente de Mula, actualmente en el término de Bullas.

El plano urbano se correspondía con la tipología clásica de calles estrechas, empinadas y laberínticas, con ausencia de espacios abiertos, distribuyéndose a lo largo del relieve macizo. Según la tradición existían dos mezquitas en el lugar donde hoy se alzan la parroquia de Santo Domingo y la ermita de Nuestra Señora del Carmen. Mencionar la existencia de una prospera judería que desaparecerá a finales del siglo XV, ésta vivía según sus costumbres separada de la comunidad , incomunicada por tapias y una puerta, poseía sinagoga y cementerio propio. En 1244, tras varios siglos de dominación musulmana, el infante Alfonso, futuro rey Sabio, asedia la plaza rindiéndola por el hambre, la población accede desesperada al vasallaje que le negaba, junto a otras ciudades como Cartagena y Lorca , que caerán sucesivamente en manos cristianas. El tratado de Alcaraz confirmaba la soberanía castellana sobre el reino. Pronto la comunidad morisca fue desposeída de sus tierras, la mayoría expulsada y agrupada en la aldea de La Puebla. En este lugar se estableció un guarnición para su control. Fernando III, el 8 de agosto de 1245, concedía a la villa el Fuero de Córdoba, lo que significaba ser lugar de realengo, tener concejo propio, sello y seña, incluso la exención en el pago de portazgo, salvo en Murcia y Toledo, con facilidad a la hora de comerciar sus productos. Se crea una nueva administración bajo la responsabilidad de dos alcaldes, almotacén y escribano. Un marco jurídico asentará a los futuros pobladores permitiéndoles una vida organizada, en unas tierras fronterizas demasiado difíciles.

El entorno urbano cambia relativamente. Las dos mezquitas se convierten en iglesias, cuyos titulares responden a los dogmas protectores de los conquistadores, Santo Domingo y San Miguel. La existencia de dos templos de orígenes medievales subraya la importancia demográfica de la villa. Las tierras se reparten y en su geografía se construyen pequeñas ermitas como la de Nuestra Señora de los Olmos y la de San Sebastían.

Alfonso X amplía en término y la jurisdicción de Mula, colocando bajo su control a los lugares de Bullas, Pliego y Campos, donde la presencia de mudéjares es mayoritaria. Con la rebelión mudejar (1264-1266) las cosas cambiarán, limitándose los derechos de la etnia, incorporándose Mula, junto con Molina y el Val de Ricote a la jurisdicción de Murcia, decisión que nunca llegó a cumplirse por la guerra civil, a la sucesión al trono castellano, entre los herederos de Alfonso X.

 

Imagenes del Castillo de Mula

Publicado: noviembre 20, 2010 en Uncategorized